Mucho se ha escrito sobre los tipos de jugadores de rol, clasificándolos según su comportamiento en mesa, su estilo clásico o narrativo, e incluso estudios que parecen dividirlos según su perfil psicológico. Muchas veces me he visto a mi mismo descrito en uno de estos perfiles, y cada vez más me pregunto si en realidad es algo bueno o malo.
Ahora el párrafo suena bastante mejor, pero sigo teniendo remordimientos cuando noto que otro jugador siente que su PJ está a la sombra (narrativamente hablando) del mío. Cuando me doy cuenta lo comento en la mesa (somos mucho de hablar para mejorar nuestras sesiones), intentamos dar más protagonismo a otros, me creo personajes como un droide de protocolo o un asesino de pocas palabras, pero acabamos dándonos cuenta de que, al menos en mi grupo, todo va mejor y nos divertimos más cuando hay un líder en el grupo, uno que tire del carro a pesar de que acapare la mayor parte de la sesión.
Acaparador, líder, agujero negro, chupacámara... Son sólo algunos de los "nombres" que he visto que le han dado al jugador que, como hago yo, en ocasiones acaparan una parte importante de la sesión, avanzan en su historia personal más que el resto, provocan más situaciones divertidas o emocionantes y se podría decir que a veces parecen más "héroes", y el resto se arriesgan a parecer secundarios en la historia.
Leo el párrafo anterior y suena realmente negativo, pero hoy vengo a sembrar la duda. Sinceramente: no lo hago con mala intención, y a veces ni si quiera de forma voluntaria. He tratado el problema varias veces con los jugadores con más experiencia de la mesa intentando dar protagonismo a otros, creando personajes con los que no me siento del todo cómodo, parcos en palabras y destinados a pasar a un segundo plano, y cedo el protagonismo al resto de la mesa. Pero luego veo que sin una persona que tome el timón, y en especial si el director es novato o no tiene un gran día, noto la mirada del director poniéndome ojitos y pidiéndome que tiremos de la partida.
Supongo que en este punto debería aclarar que cuando hablo de acaparar gran parte de la sesión me refiero a la participación con planes e ideas, los diálogos efusivos con los PNJ, los trasfondos de mis personajes ricos en detalles para que el director tenga ideas y opciones de mejorar su historia, el flirteo de mis personajes carismáticos, las amenazas de mis personajes más duros, las negociaciones de los más embusteros y en general las interpretaciones que suelen mejorar la sesión.
Conozco a otros acaparadores que precisamente coinciden con los que más experiencia tienen como directores de juego, y muchas veces jugamos hasta tres líderes que se compaginan a la perfección, demostrándome a mi mismo que no se trata de una cuestión de ego, ni de jugadores que se molestan cuando pierden el protagonismo, ni hay una intención de eclipsar al resto... Tan sólo jugadores implicados en la partida que la disfrutan y la viven, e intentan dar lo mejor de sí en cada segundo.
Sinceramente, me encantaría conocer vuestra opinión. ¿Es bueno tener un acaparador en la mesa que tire de la partida cuando lo necesita? Siempre y cuando no pise los momentos del resto, y sus intervenciones permitan al resto desarrollar sus historias y aproveche esos "vacíos" durante las partidas. Yo como DM me gusta tener a alguien que tire de la partida, ¿y a vosotros?
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