La saga de la Alianza de
los Tres Soles continúa. Su autor, sabiendo que no me había gustado demasiado
me regaló el segundo ejemplar, pese a la crítica bastante cruda que hice de su
primer libro, y de verdad se lo agradezco. Esa actitud le honra.
Para empezar encuentro
que la portada, como en el primer ejemplar, pese a ser bella no corresponde con
el interior del libro, sinceramente, me molesta, creo que es un detalle
importante que una portada me transmita que puedo y que no puedo encontrar en
el libro y el libro tiene escenas suficientemente sugerentes para poder
plasmarse en la portada.
De nuevo hay que tener en
cuenta que no nos encontramos ante una novela sino a una partida de rol
novelada, que se podría considerar otro tipo de género. Y se trata de un género
difícil, ya que la focalización de la historia pasa por fuerza por la
experiencia de los personajes (como en el teatro), complicando la manera de
plasmar el sentido de la narración en su totalidad, todos los que habéis
dirigido o jugado a rol lo sabéis.
Tal como dije en la
crítica anterior el estilo del autor mejora a medida que la narración avanza,
en este segundo libro pasa algo parecido. Da la sensación que la crónica para
sus jugadores empezó como un pasatiempo, y a medida que avanzaba se convertía
en algo más importante para el autor y a mediados de este segundo libro ya se
plantea seriamente la posibilidad de publicación y hace esfuerzos para mejorar
su redacción, en ocasiones escribiendo de manera demasiada barroca, en mi opinión. Muchos de los errores existían en el primer
libro son corregidos y hay que reconocer que la narración mejora
sustancialmente, abandona su uso excesivo de comillas o las expresiones
actuales y el lenguaje es más correcto y habitual al que podemos encontrar en
la literatura. Pese a ello encuentro algunos persisten, aunque resultan bastante
más aislados. El autor utiliza algunas metáforas que en mi opinión son poco
apropiadas, alguna expresión aislada que chirría (¡por favor no substituyas las
erres por eles cuando hablan los
kraroleos! Y el kame-hame sobraba)e
incluso algunas palabras no se utilizan correctamente (una barca salvavidas
puede denominarse chalupa o bote pero nunca barcaza, una barcaza es otro tipo
de embarcación). En esta ocasión, me da
la sensación que pese a que el autor podría mejorar, el que falla
clamorosamente es el editor, que debería señalar algunos fallos y me hace
sospechar que la editorial no ejerza de la manera más correcta su trabajo ni su
relación con el autor.
El hilo narrativo mejora
sustancialmente y tiene bastante más coherencia, con la excepción del capítulo
octavo que es precisamente el único que saca de un suplemento de Rune Quest, y
que en mi opinión baja la calidad del conjunto de aventuras que la mente de
Roberto creó para sus jugadores, aunque no es malo tampoco.
El argumento sigue con la
búsqueda de unos artefactos que siguen siendo difusos y no se sabe demasiado
bien por qué razón se buscan, eso, es
mejorable, y con una amenaza que no se concreta, pero eso lo entiendo a medias
por ser una partida de rol.
La narración se centra en
el viaje de Krarolea, una especie de mezcla de China y Japón en Glorantha que
Roberto refleja estupendamente, y luego en el viaje a través de un mar con una
niebla permanente que transforma el barco en un entorno opresivo y desquiciante
muy atractivo en el que no debe ser fácil desenvolverse como director de juego
ni como escritor. Pese a todo Roberto da el do de pecho en ese momento y
excepto por algún detalle menor (donde se encuentra la carta) consigue salir
más que airoso de la narración de ese viaje.
Los personajes siguen
evolucionando y mejorando respecto a la anterior novela, y se muestran más
contradictorios y humanos. Hay que entender que al ser una partida novelada el
destino de los personajes no depende del autor únicamente, pero da la sensación
que los jugadores los llevan bien y Roberto es capaz de transmitir a los
jugadores las peculiaridades de cada cultura gloranthana. El baile de
personajes debido a muertes en la partida se ralentiza y la muerte de uno de los
protagonistas resulta poco gloriosa, pero ese es un detalle que no se le puede
achacar a Roberto. La muerte en el rol (y en la vida real) es así muchas veces,
sin gloria, ni razón.
Lo mejor, sin duda, es
como el autor refleja Glorantha, una ambientación con un alto grado de magia y
que resulta muy atractivo tal como lo describe Roberto, y lo que rodea al
personaje dragonut tanto su actitud como las circunstancias que lo acompañan.
Después de leerlo, y
porque negarlo, tras el detallazo del autor (que por cierto ha corregido el
primer ejemplar y lo vende en digital solo por 3 euros) apetece acabar de leer
la historia y seguir viendo cómo evoluciona el autor.
Gracias una vez más a la gente del Bastión (para quien tengo una entradita medio hecha, guiño a Bester) y a Athal Bert en particular por dedicar parte de su tiempo a leer las aventuras narradas por este master y jugador de rol en primer lugar, y escrito primerizo en segundo.
ResponderEliminarPor si acaso alguien no lo ha visto
Aquí va el blog: http://laalianzadelostressoles.blogspot.com.es/