En realidad, las historias no andan muy lejos de la realidad en referencia a lo que hacen los brujos. El brujo es un individuo especializado en dar caza a todo tipo de criaturas que perturban la paz del resto de mortales. Las habladurías y las malas leyendas les han asignado todo tipo de orígenes, desde el simple criminal hasta el demoníaco. Se les asigna gran fuerza y ojos felinos, gran lujuria y avaricia. Todo eso solo son mentiras. Mentiras al menos mientras no están trabajando. Cuando trabajan los brujos hacen acopio de una combinación de habilidad marcial, un poco de magia y de sus dones alquímicos en forma de pociones capaces de modificar su percepción, su fuerza o su velocidad.
Al final todo se remite a las necesidades y al miedo. ¿Que da más miedo, la bestia amorfa que destroza a dentelladas el ganado y que ha mutilado a la hija del vecino o el individuo de ojos raros y gran fuerza capaz de despedaza a esa bestia? La mayoría de los pueblerinos deciden temerle a la bestia y tolerar al brujo, por su bien.
¡Es una MARAVILLA, muchísimas gracias! Qué currazo, madre mía...
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