¡Vamos a narrar a peques!, por Laura Guerrero

Casi siempre que pensamos en una partida con niños lo relacionamos con los que tenemos más cerca: nuestros hijos, primas, sobrinos o alumnas. Pero cada vez es más probable que nos toque dirigir en una mesa con peques que no conocemos de nada: jornadas, un fin de semana de puertas abiertas, campamentos de verano, una colaboración con el departamento de juventud de tu ciudad, una sesión de prueba en la biblioteca pública… ¿Qué debemos tener en cuenta para estos casos? ¡Vamos a verlo!


¿Edades? 

Especificar una edad mínima ahorra problemas. Recuerda que no todo el mundo sabe qué es un juego de rol y muchos adultos llevarán a los peques con la idea de que pasen un buen rato, sin tener claro qué es lo que van a hacer.

¿Dónde ponemos el mínimo? En siete años; con esa edad pueden llevar un personaje y resolver tramas sencillas sin ningún problema.

La comida no es buena idea

Te has venido arriba en el supermercado: vas a dirigir Ryuutama y has visto esos huevos de chocolate que quedarían perfectos en la mesa.

¡Error! Primero, no quieres enfrentarte a un montón de niños con subidón de azúcar. Segundo, te arriesgas a una bronca por parte de sus padres, y con razón, por darles dulces sin su permiso. Tercero, y punto más importante, puede que te encuentres en la mesa con peques con alergias o intolerancias alimenticias. Ahórrate problemas, nada de comida en las partidas.

El agua, sobre todo en verano, sí es recomendable.

Escoge un sistema adecuado

La mayor parte de artículos, llegados a este punto, recomiendan productos creados ex profeso para niños. Es un acierto. Están muy bien y es genial que la industria los proporcione, pero siempre copan las recomendaciones y esta vez vamos a ver opciones diferentes.

Un sistema adecuado para dirigir a niños no tiene por qué ser el más sencillo ni uno diseñado especialmente para ellos, pero sí deberías pensar en un juego cuya ficha salte a la vista, para que entiendan con rapidez qué son los personajes y qué pueden hacer.

Si ya con adultos hablábamos de que la explicación de sistema y ficha no debería llegar a la media hora, ahora reducimos este tiempo a la mitad. Lleva la explicación bien preparada y tarjetas con un resumen breve que puedan consultar.

Sistemas recomendados: Star Wars d6, Ryuutama, FATE acelerado, Rápido y fácil, Lady Blackbird, La marca del Este, El príncipe Valiente, Drakonheim, Guardianes del Pandemonio, Ablaneda, Princes Of Arabia o El rey muerto. También tenéis esta adaptación de Haunted House, que va genial.
Sistemas de los que deberías huir: aquellos que requieran muchas sumas o los porcentuales. ¿Vas a poner a niños de siete años a realizar cálculos? No. Tampoco te decantes por aquellos con fichas muy extensas. Se van a perder entre tantas posibilidades y notas. Prescinde de esos juegos.


Dirige para los niños que tienes delante, no para el niño que llevas dentro

Vale, Los Mosqueperros, He-Man y Los Thundercats eran lo más. Te encantaban y marcaron tu infancia. ¿Sabes cuántos peques conocen esos dibujos? Yo tampoco, pero estoy segura de que no son muchos. Si quieres una partida en la que gritar: «¡por el poder de Grayskul!», hazla con gente de tu edad.

Céntrate en lo que les gusta a ellos. Si no sabes qué podría ser, pregunta. Pide ayuda a las bibliotecarias, al personal del centro social, a las familias, busca en internet… Documéntate para el público al que vas a dirigir.

Y si eliges Patoaventuras o Cazafantasmas, usa los diseños y personajes nuevos. Actualízate.

Preséntate adecuadamente

Ponte en situación: te llevan a un sitio que no conoces a pasar la tarde con un juego nuevo y mucha gente extraña. Si ya a los adultos nos pone nerviosos la situación, imagínate si fuese un niño.

Cuando te lleguen los peques, ponte a su altura, literalmente. Agáchate, preséntate, pregúntales su nombre e invítalos a jugar. Sé agradable. ¿Deberías ser así de amable con todo el mundo? Desde luego. Pero con una persona de siete años, más.

Lleva el material necesario y procura que sea el adecuado

Como para todas nuestras partidas: lápices, gomas, papel, dados… No te olvides de lo básico que necesitas para jugar.

Si llevas cinco lápices y dos gomas, intenta que sean todos iguales. No quieres empezar la I Guerra del Lápiz de Ladybug o La Gran Batalla por el Dado Irisado con Purpurina. Lo mismo para el resto del material.

Las tabas y la tarjeta X

¿Más material recomendable? Tabas y tarjeta X.

Las tabas serán muy útiles como recompensa por una buena actitud durante la partida: no interrumpir, colaborar para que una acción salga adelante, ceder parte de un tesoro a otro compañero, cuidar del material que hay en mesa… Deja que usen las tabas ganadas para pequeñas decisiones: escoger el clima, el nombre de la posada donde se alojarán, el color de la nave espacial… Las tabas son independientes del sistema de juego y te ayudarán a controlar el ambiente en partida.

La tarjeta X ayudará a los niños más tímidos a expresarse. Imaginaos que Ángela ha escogido a la exploradora del grupo, que tiene como mascota un labrador; pero el perro de la niña está enfermo y le cuesta rolear esa parte. Tarjeta X, cambiamos al perro por una bonita pantera y nos ahorramos un mal trago.


No subestimes a los peques

Dirigir a niños es una de las experiencias roleras más bonitas y enriquecedoras que he tenido nunca. Son tremendamente imaginativos, salen por donde menos te lo esperas y hacen preguntas que nunca te habías planteado.

Crea para ellos una aventura que sea un reto, que los divierta y que los motive. Pon puzzles, juegos, canciones y adivinanzas. Dales mascotas, compañeros y haz que colaboren entre ellos. Déjales hablar, no los interrumpas si no es necesario, no intervengas en las negociaciones y deja que sean ellos los que decidan qué hacer.

En resumen: trata a tu mesa de juego con el respeto que se merece, tengan la edad que tengan.

Mano izquierda con los adultos

A veces te tocará dirigir una mesa mixta. Cada vez más familias se animan a probar los juegos de rol y muchos familiares roleros quieren compartir su afición favorita. Cuidado con los adultos porque te puedes encontrar a uno interrumpiendo a los niños, ordenándoles qué hacer o minando tu autoridad.

No dejes que tomen el control. Si es necesario, pausa la partida y explica que todos los jugadores son iguales y tienen el mismo peso y poder de decisión. Recuerda que la partida la lleva la dirección de la mesa, que tiene la última palabra. Conserva la calma e intenta reconducir las malas actitudes para que todos tengáis la mejor experiencia posible.

Y para terminar…

Con los años la imagen de los juegos de rol ha mejorado muchísimo. Seguro que si llevas tiempo organizando eventos lo has notado: cada vez se acerca más gente, es más diversa y eso incluye muchas familias.

Anímate a tener siempre en recámara una one shot adaptada para niños. Dirigir a peques no es muy diferente de hacerlo con adultos. De esto te darás cuenta cuando lleves un ratito de partida. Pero sí es cierto que aportan otro color, otro entusiasmo y una alegría desbordante. Es una gran experiencia. ¡No te la pierdas!

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