Lo que aprendimos del acoso escolar dirigiendo en Hogwarts

Hace ya casi cuatro años que tengo la suerte de dirigir la misma crónica en Hogwarts. Empezamos en primer curso y ya estamos en sexto. ¡Casi nada!
Como ya os comentaba en el artículo de Cómo dirigir en Hogwarts, en estas partidas las relaciones entre PJ y PNJ son especialmente importantes porque casi toda la acción transcurre dentro de la escuela. A veces estas relaciones han ido muy bien, a veces se han torcido y complicado.
En una ocasión, se torcieron tanto que tuvimos que hablar de acoso escolar. ¿Cómo llegamos a ello? ¿Cómo lidiamos con ello en la mesa de juego? Ahora os lo cuento vemos. ¡Dentro artículo!


Antecedentes

En el Lauverso de Harry Potter, como lo llaman en mesa, las Casas de Hogwarts ya no existen: el primer año se abolieron vía Orden Ministerial. Las familias más conservadoras decidieron entonces enviar a sus descendientes temporalmente a Durmstrang, con la esperanza de que la situación no durase mucho.
Pasaron los años y, para tercer curso, tuvieron que aceptar que las casas jamás volverían. Fue entonces cuando parte de estas familias decidieron que sus vástagos regresasen a Reino Unido.

Los primeros días en Hogwarts

Geller Nott, Thomas Travers, Aaron Avery, Bela Rowle, Rodolphus Lestrange Jr. y Tana Crabbes eran felices en Durmstrang: tenían amistades, conocían al claustro y sus notas eran buenas. Pero cuando sus familias les comunicaron que volverían a Hogwarts, supieron que su obligación era comportarse como dignos representantes de las familias de sangre pura y hacer honor a las tradiciones en las que los habían educado. Y, por supuesto, cumplieron con su deber.
El alumnado de Hogwarts recibió con mucho entusiasmo a sus nuevos compañeros y compañeras. Al fin y al cabo, en un internado cualquier novedad es muy bienvenida.
Pero desde la primera clase, la brecha se hizo evidente: cada debate, cada trabajo en equipo... dejaba más y más claro que sus nuevos compañeros había venido con sus propias ideas.
El choque era inevitable.


El acoso

Cuando surgieron los primeros enfrentamientos, no pasaron de pequeñas pullas en clase, tanto por parte de los exalumnos de Durmstrang, como por parte de los PJ. También se hicieron el vacío los unos a los otros en los cuartos y la sala común.
Nada fuera de lo normal. No eran amigos, pero cada grupo tenía su espacio y no se perjudicaban los unos a los otros.
Pero algo cambió por parte de los PJ y las hostilidades empezaron a escalar. Pusieron algas urticantes en la cama de un compañero, la mochila de otro fue transformada en piedra y se conjuró un desmaius contra una de las chicas.
Cuando me di cuenta, la partida empezaba con planes para atacar a otros compañeros. Y no me sentí nada cómoda con el rumbo que tomaba la partida

Cómo lo solucionamos

El problema principal es que la mesa de juego no veía en absoluto que sus PJ se estuviesen convirtiendo en acosadores ni la cantidad de trama que giraba alrededor de ello. Por supuesto, los niños de Durmstrang eran los villanos: eran hijos de puristas, los que pensaban que los sangre sucia eran peores magos y, por lo tanto, se merecían todo lo que les hacían.
¿Soluciónes?
Scorpius Malfoy es uno de sus mejores amigos. En medio de una discusión, se dijo que todos los niños de familias de puristas eran malvados. Scorpius se defendió y respondió que él nunca había pensado que los hijos de muggle fuesen peores magos. Y recordó que sus padres, Astoria y Draco, siempre le habían enseñado que todo mago tenía los mismo derechos. Ahí empezamos a resquebrajar la pantalla de que solo había buenos y malos, de que todos sus nuevos compañeros estaban cortados por el mismo patrón.
Después, aproveché que Alice, una de las PJ, compartía cuarto con Bela y Tana, las nuevas alumnas. Una noche, en su habitación, Bela le confesó a Alice que estaba muy preocupada porque alguien había conjurado contra Tana y no había recibido ningún castigo. Hizo recuento de todos los hechizos que habían conjurado contra ellos y se quejó de que nunca los escuchaban. Que estaban en una escuela en la que se podía atacar a alumnas, y la directora no hacía nada.
Y ahí fue cuando la mesa de juego vio el problema. Por muy antipáticos que fuesen sus nuevos compañeros, jamás habían conjurado contra ellos ni los había agredido. Nunca los habían delatado, a pesar de todas las veces que salían en medio de la noche de los cuartos ni intentaron boicotearlos en clase.
Ningún PJ podía decir lo mismo y no les gustó nada lo que esto decía de ellos mismos. Así fue cómo se recondujo la situación.


Lo que aprendimos

Lo que aprendimos sobre el acoso dirigiendo en Hogwarts es lo fácil que se llega a él, sobre todo en entornos tan cerrados como un internado, en el que hay pocas opciones de ocio.
Aprendí que cuando un grupo etiqueta a otro como el enemigo, no importa lo que hagan, son el enemigo. Y hace falta que alguien de fuera les dé otro punto de vista.
También aprendí que un conflicto como este escala muy rápido y muy fuerte si nadie media. Pasamos en dos partida de pequeñas pullas en clase a conjurar contra compañeros y pensar que se lo merecían Fue rapidísimo.
Aprendí todo eso, es cierto, pero también me di cuenta de que es una situación que se puede reconducir y atajar a tiempo. Han pasado tres cursos de Hogwarts y, aunque no son los mejores amigos del mundo, se han ido acercando poco a poco.



Hasta aquí mi experiencia. ¿Os ha pasado algo parecido? ¿Habéis querido atajarlo o habéis dejado que la situación se descontrolase? ¿Cómo habéis terminado?

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